Alegato del arquero más batido
martes, octubre 24, 2006
Por Juan José Rizo Patrón

Ya se ha hecho común que ante un error garrafal del arquero, en un partido de fútbol cualquiera, los acuciosos miembros de Balón y Pluma exclamen al unísono "Juanjo", como una forma de establecer una comparación cachacienta a la lenta o equivocada reacción que facilitó el gol del contrario, pese a que el portero (al menos eso se piensa) puso todo de su parte para evitarlo.

Antes que sentir desazón, siempre he pensado que esos comentarios son en realidad votos de confianza para que mejoren mis actuaciones en el arco, tanto los miércoles y los sábados. Sin embargo, debo confesar que algunas veces, cuando me ha tocado ser (qué milagro) el salvador de mi equipo, la adrenalina me hacía sentir el mejor arquero del mundo. No se rían, es cierto. Sino, pregúntenle a Eduardo o a Juvenal, que comparten conmigo esta pasión.

¿Qué se siente evitar un gol? Es casi igual que anotarlo, la felicidad lo embarga a uno, pero solo por un segundo, porque el encuentro sigue y no hay que desconcentrarse. Pero taparle un taponazo a un goleador o desviar un penal definitorio es darle un inmenso valor agregado a ese esfuerzo plástico y casi inconsciente para desviar la pelota lo más lejos posible del peligro (no digo, atajarla, porque la mayoría de las veces la pelota se me escapa y allí se presentan los problemas).

Para ser arquero se necesita, sin duda, mucha garra, además de buenos reflejos, y una recuperación inmediata ante la frustración (los goles de todas maneras van a venir). Por eso creo que el guardameta nace y no se hace.

En estos días Juvenal ‘Pescadito’ Gamero (tiene mucho temperamento en el arco) me recordó que solo me ha visto molesto cuando me hacen un gol. Sí, lo confieso, me molesta que me hagan goles. Sobre todo esos en que mi defensa me deja ante tres delanteros y me mira a la espera de un milagro. Ojo, el arquero es un ser humano, pero el fútbol es un juego de equipo. ¡¡¡Si todos ponemos garra en el asunto, ese kilómetro más tan necesario para lograr nuestras metas, no nos hace goles nadie!!!

Eduardo es otro arquero con buenas condiciones, pero veo que en los últimos partidos la defensa no lo ayuda. Tampoco evitan que le rematen disparos de media distancia. Miren los partidos en la televisión y se darán cuenta que los jugadores de la alta competencia bloquean los disparos de fuera del área. Hay una razón de peso: todos debemos evitar el peligro de gol. Menos riesgo cerca del arco, pocas posibilidades de que se pierda el partido.

Termino mi alegato recordando un gesto muy noble de mi equipo, el último 21 de octubre. Confieso que por mi cumpleaños había llegado ‘herido’ al partido y los reflejos no eran buenos y por eso me comí cuatro goles (horribles, oye), que en mejores circunstancias, seguramente, habría barajado (bueno, eso creo). Sin embargo, mi equipo se sobrepuso y ganó los encuentros, pese a todo. Allí noté que muchos de esos jugadores eran mis amigos. No hay duda, el fútbol también es la radiografía del comportamiento humano.
 
posted by Balon y Pluma at 12:08:00 p.m. | Permalink


1 Comments:


At 1:43 p.m., Blogger ::Mónica Mundis::

Bravo "papá" Juanjo!!!! tú y pescadito son los mejores arqueros. Tú sigue firme en tu arco que desde acá todos te apoyamos y nos multiplicaremos invisibles para que ningún gol intruso pase...he dicho!