Recuerdos peloteros de "Los Libertadores"
sábado, enero 27, 2007

Por: Samuel Lizana

¿Cuándo se iniciaron los partidos sabatinos de los peloteros que ahora está en "Balón y Pluma"?, fue una pregunta que provocó algunas sonrisas y nostalgias el pasado sábado 27 de enero, en el local de confraternidad del AELU al que solemos acudir la mayoría de peloteros tras los disputados partidos de rigor jugados entre las 8 y 10 de la mañana.

Esa pregunta remontó a algunos de los presentes a la canchita de cemento de Los Libertadores, en Pueblo Libre.

Era la década de los 90, creo que en el año 1996. Entre los que actualmente integran "Balón y Pluma" y empezaron a reunirse esos sábados recuerdo a Eugenio Maestri, Óscar Monzón, Valentín Ahón, Mario Cortijo, Miguel Ramírez, Luis García Panta, Carlos Novoa, Mario Fernández, Luis Laos y Víctor Escobal, entre otros.

También peloteaban en Los Libertadores Fernando Miera (muy hábil con la zurda), Max Negrete, Juan "Causita" Talavera, el "Loco" Gonzales (irascible que decía que jugó en la profesional por San Agustín), el otro "Loco" Adrianzén, "Vitocho" del Dominical, el "Negro" Julio (tremendo machetero), también del Dominical. Estaban también Jacinto (el papá de Eddie), Mario Sifuentes, Toño Salerno, Enrique "Kike" Flor (hoy en Estados Unidos), Hans (actualmente en Japón), el "gordo" Gutarra (espectacular arquero pese a su voluminosa figura) y Álvaro Gastañaduí, otro buen guardametas.

El sol y la lluvia no eran obstáculos para que los sábados aparecieran esos jugadores para disputar ardorosos partidos, sin árbitro, sólo con el criterio mayoritario de los jugadores que definían la validez de una jugada.

A diferencia de los actuales peloteros de "Balón y Pluma", en Los Libertadores no había camisetas con logos, cancha artificial, árbitro, duchas, cafetín ni otras comodidades. Ninguno usaba teléfono celular y sólo uno o dos poseía auto. Casi todos trabajaban en El Comercio.

ANÉCDOTAS
Por varios años el cemento de Los Libertadores fue privilegiado testigo de todo tipo de jugadas, goles y también de incidentes. Recuerdo muy bien dos anécdotas:

Cumpliendo con todos
Era un sábado lluvioso de invierno y faltaba poco para que empezara el partido inicial que desde ese entonces, tal como sucede ahora en el AELU, era a las 8 de la mañana. De pronto apareció presuroso uno de los peloteros, cargando una especie de cuna portátil para bebés.

Se quitó el buzo, dejó a su pequeña hija en los escalones de la tribuna de cemento que había alrededor de la cancha, y empezó a jugar. En ese instante llegó apurada su joven esposa y se hizo carga de la infante.

Fosforitos los de antes
En mi equipo estaban jugando "Vitocho" y el "Loco" Gonzales, que era muy fosforito y hablaba mucho a la hora de jugar. En verdad actuaba como un entrenador en la cancha, indicando a dónde deberían ir los pases, o cómo se debía patear al arco, o cuando girar a izquierda o a la derecha.

Luego de varios minutos, ambos empezaron a intercambiar insultos, "Vitocho" ya no aguantaba las guapeadas del "Loco" y éste no paraba de hablar.

Hasta que llegó la jugada clave. "Vitocho" falló un pase y el "Loco" le gritó su vida. "Vitocho" corrió con intención de agredir al "Loco" quien sin dejar de hablar se puso en guardia. Al final intervinieron los demás jugadores y lograron apaciguarlos.

Como es de suponer, mi equipo perdió, principalmente por la ofuscación de "Vitocho" y el "Loco".

Después vendría el traslado de Los Libertadores a la cancha de Orrantia de San Isidro, muy recordada por sus huecos y sus "duchas", pero esa es otra historia que debería ser contada por otro integrante de "Balón y Pluma".
 
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